Nacionales

Gabriel García Márquez
(Aracataca, Colombia, 1928) Novelista colombiano. Afincado desde muy joven en la capital de Colombia, Gabriel García Márquez estudió derecho y periodismo en la universidad Nacional e inició sus primeras colaboraciones periodísticas en el diario El Espectador.
A los veintisiete años publicó su primera novela, La hojarasca, en la que ya apuntaba los rasgos más característicos de su obra de ficción, llena de desbordante fantasía. A partir de esta primera obra, su narrativa entroncó con la tradición literaria hispanoamericana, al tiempo que hallaba en algunos creadores estadounidenses, sobre todo en William Faulkner, nuevas fórmulas expresivas.
Comprometido con los movimientos de izquierda, Gabriel García Márquez siguió de cerca la insurrección guerrillera cubana hasta su triunfo en 1959. Amigo de Fidel Castro, participó por entonces en la fundación de Prensa Latina, la agencia de noticias de Cuba. Tras la publicación de dos nuevos libros de ficción, en 1965 fue galardonado en su país con el Premio Nacional.
Sólo dos años después, y al cabo de no pocas vicisitudes con diversos editores, García Márquez logró que una editorial argentina le publicase la que constituye su obra maestra y una de las novelas más importantes de la literatura universal del siglo XX,Cien años de soledad.

General  Rafael José Urdaneta Farías


 Nació en Maracaibo Edo. Zulia, Venezuela, el 24 de octubre de 1788 y murió en París el, 23 de agosto de1845; Militar y político activo en la Guerra de Independencia de Venezuela y Colombia. Hijo de Miguel Jerónimo Urdaneta Berranechea y de María Alejandrina Farías Troconis de Urdaneta, ambos descendientes de españoles.
Héroe Epónimo de varias Entidades entre las que se cuenta el Municipio Urdaneta del Edo. Lara.
Hizo sus estudios de primaria en su tierra natal; después pasó a Caracas donde cursó latinidad y vuelto a Maracaibo, en 1799, estudió filosofía en el convento de franciscanos. Con el fin de ampliar su formación intelectual, viajó a Santa Fe de Bogotá en 1804, llamado por su tío Martín de Urdaneta y Troconis, quien desempeñaba el empleo de contador mayor del Tribunal de Cuentas.
El 20 de julio de 1810 se incorporó al movimiento revolucionario que estalló en Santa Fe en aquella fecha.
En 1811, con el grado de teniente, bajo las órdenes del capitán Antonio Baraya, hizo la campaña del sur de Nueva Granada y estuvo en la batalla del Bajo Palacé (28 marzo) contra las fuerzas del coronel Miguel Tacón.
El 12 de octubre de ese año ascendió a capitán. En marzo de 1812 salió de Santa Fe, integrante de una fuerza que, bajo el mando de Baraya, debía operar en Tunja. El 24 de mayo del mismo año, con Baraya y los oficiales de éste, firmó el Acta de Sogamoso, por la cual desconocían la autoridad de Antonio Nariño.

Estuvo presente en los combates de Palo Blanco (19 julio), Charalá (21 julio) y Ventaquemada (2 diciembre); acciones de la guerra civil que sostuvieron los federalistas (mandados por Baraya) contra los centralistas (acaudillados por Nariño). El 9 de enero de 1813 combatió en la batalla de Santa Fe de Bogotá (Baraya contra Nariño) y se contó entre los prisioneros capturados por Nariño, el vencedor de la jornada. Es uno de los oficiales enviados por el gobierno de la Unión a las órdenes del brigadier Simón Bolívar, en abril o mayo de 1813, cuando éste, en Cúcuta, preparaba la invasión a Venezuela en la llamada Campaña Admirable, en la cual tomó parte.
Ya invadida Venezuela, sale vencedor en Carache y Agua de Ovispo, como mayor General se une con Ribas en Bocono, juntos triunfan en la desigual batalla de Niquitao (2 julio), ocupan a Barinas, Araure y San Carlos con Girardot, D'Elhugar y otros, obtiene la victoria aplastante de Sabana de Taguanes junto a Bolivar (31 julio). que libra el Camino de Valencia. Terminada la campaña, marchó a Puerto Cabello y en combinación con el teniente coronel Atanasio Girardot, peleó contra las fuerzas realistas de aquella plaza. En septiembre recibió el despacho de teniente coronel efectivo que le enviaba el gobierno de Nueva Granada y en pujante avance, entra victorioso en Caracas el 6 de Agosto.

Combatió en la batalla de Bárbula (30 septiembre) en donde vio caer a su lado herido de muerte, a Girardot. El 5 de octubre de dicho año fue ascendido a coronel vivo y efectivo.
La brillante actuación de Urdaneta durante la Campaña Admirable , le había valido a Bolívar para que lo definiera como “el más constante y sereno Oficial del Ejército”. Ascendido con el grado de general de brigada por el Libertador y la orden de tomar el mando de las fuerzas que obrarían sobre Occidente y Coro, le tocó con Bolívar, sufrir la Ruta de Barquisimeto, pero reuniendo los dispersos grupos, obtuvo el desquite en la memorable y sangrienta Batalla de Araure. La brillante actuación de Urdaneta durante la Campaña Admirable , le había valido a Bolívar que lo definiera como “el más constante y sereno Oficial del Ejército”.
A finales de 1813, Urdaneta estableció su Cuartel General en Barquisimeto y comenzó operaciones contra Coro, batiendo en Baragua a Reyes Vargas, quien se une después en Carora al Ejercito Patriota, pero Urdaneta al saber la situación de García de Sena voló en su auxilio pero no obtuvo éxito. Volvió a Barquisimeto en posición ya crítica, pues tras la derrota de los patriotas en La Puerta , había enviado parte de sus tropas en auxilio al Libertador, se aprovechó Cabello de esa circunstancia y trancándolo con fuerzas superiores le obligó a retirarse y refugiarse en la ciudad de San Carlos donde resistió el sitio que le impuso el coronel Sebastián de la Calzada (10 y el 17 de marzo de 1814), cuyo cerco rompió con inteligencia y gallardía con solo 25 hombres tras 8 días de estrecho sitio, resolvió Urdaneta abrirse paso a Valencia, lo que efectuó con increíble temeridad, salvando hasta los heridos. Allí recibió de Bolívar la siguiente orden: “Defenderéis a Valencia, Ciudadano General, hasta morir, porque perdiéndola se pierde la República ”. Orden que Urdaneta al cumplirla, escribiría una de las páginas más gloriosas de la historia. Con tan solo 280 hombres debía defender la ciudad contra más de 3.000 hombres comandados por el brigadier José Caballos, que le había puesto sitio (20 marzo-2 abril). Limitada la plaza, sin subsistencia ni agua, la situación hubiera sido insostenible de no haber mediado su indomable energía. Resuelto a morir sin rendirse, dio la orden de retirarse al cuartel, en caso de asalto, para volar con él, antes que entregarse. Tras días de tenaz asedio, y cuando la guarnición se había reducido a menos de la mitad, resolvió el enemigo retirarse el 3 de Abril de 1814, y Urdaneta se cubre de Gloria.

José María Ramón Obando del Campo 

nace el 8 de agosto de 1795 en Güengüe, en Valle del Cauca, Colombia. Hijo natural de Joseph de Iragorri y Ana María Lemos, aunque adoptado a los dos años por Juan Luis Obando y Agustina del Campo, prestigiosos comerciantes provenientes de la ciudad de Pasto pero radicados en Popayán. Fue enviado a Popayán a estudiar en el Colegio Seminario donde conocería a José Hilario López y con quien entablaría una gran amistad. Sus padres tuvieron que trasladarse a Pasto a finales de marzo de 1811, cuando los patriotas vencieron al Gobernador Español Tacón en la batalla de Palacé. Obando fue enviado a Quito para estudiar en un colegio Jesuita bajo la protección de Toribio Montes y Juan Sámano, amigos de la familia. Su padre, con inclinaciones realistas volvería a Popayán y al ser objeto de una persecución, moriría en 1816 después de volver a Pasto. En 1819, Obando fue reclutado por el ejército español y enviado como Capitán a las órdenes del General Sebastián Calzada. Logró derrotar a los patriotas en Pitayó y la ocupación de Popayán. Posteriormente los Patriotas recuperan Popayán y nuevamente los Realistas retoman el control de la ciudad al derrotar el ejército de Pedro León Torres; así logró ascender a Teniente Coronel y ser nombrado gobernador de la plaza. El 7 de febrero de 1822, motivado por los ideales Patriotas, decidió dejar el ejército español, y presentarse ante Simón Bolívar, y fue nombrado por él con los títulos que ya ostentaba en el ejército Realista. Fue uno de los planificadores de la batalla de Bomboná, pero no participó en esta debido a una enfermedad. Para 1824 se casaría con Dolores Espinosa y en 1826 fue nombrado Gobernador Militar de Pasto por Francisco de Paula Santander. Renunciaría a este cargo en 1827 por diferencias políticas con El Libertador y en 1828 se unió con su amigo José Hilario López para revelarse contra la dictadura impuesta por Bolívar. En La Ladera derrotaron a Tomas Cipriano de Mosquera y se tomaron Popayán, aunque el General José María Córdova recuperaría el control de la ciudad, haciendo que López y Obando la abandonasen y se reunieran en Perú con el General Lamar, cuyas tropas serian derrotadas por las colombianas en el Portete de Tarqui. Cuando terminó la confrontación, Obando logró hacer las paces con Bolívar y fue puesto a cargo de las tropas en el Cauca. 


Agustín Agualongo Sisneros, más conocido como Agustín Agualongo (n. San Juan de Pasto; 25 de agosto de 1780 - f. Popayán; 13 de julio de 1824), fue un militar realista y líder mestizo pastuso, durante la guerra de independencia de la Nueva Granada (hoy Colombia). Fue "ídolo de un pueblo aguerrido y exaltado, es hoy símbolo de esperanza de un pueblo defraudado". Durante trece años hizo férrea oposición armada a los ejércitos republicanos en los territorios del sur de Colombia, sus fuerzas se batieron con las del propio Libertador, en la cruenta Batalla de Ibarra.

 Infancia

Hijo legítimo de Manuel Agualongo y Gregoria Sisneros Almeyda, nació al amanecer del 25 de agosto de 1780 en la ciudad de Pasto y a los tres días, fiesta de San Agustín, fue bautizado por el padre Miguel Ribera en la pila de la Iglesia de San Juan Bautista.

 Juventud

Poco se sabe de su vida antes de su incorporación a la carrera militar, pero la mayoría de cronistas e historiadores coinciden en señalar en que además de leer y escribir aprendió el arte de la pintura al óleo, con el cual se empezó a ganar la vida en un taller de Pasto.
Además contrajo matrimonio con la señora Jesus Guerrero, el 28 de enero de 1801, de la cual años más tarde se divorció legalmente. De esa unión quedó una hija, María Jacinta Agualongo.

Carrera militar

Esta se inició tardíamente y desde el grado más bajo. Cuando Agualongo se acercaba a los treinta años de edad, estalló la insurrección quiteña del 10 de agosto de 1809. El 7 de marzo de 1811, Agualongo se presentó voluntariamente para formar parte del contingente reclutado por el Cabildo de su ciudad, con el fin de defender a Pasto y al gobierno de su Rey Fernando VII, amenazado por la Junta de Gobierno de Quito. Desde entonces formó parte de todos los ejércitos realistas que desde el sur del Virreinato de la Nueva Granada defendieron la monarquía.
Ese mismo día sus rasgos físicos quedaron reseñados en su ficha militar de la Tercera Compañía de Milicias del Rey:
(...)Agualongo era de baja estatura, pues sólo media un metro con cuarenta centímetros; tenía pelo y cejas negras, ojos pardos, nariz regular, poca barba y una mancha como carate debajo de los ojos; era cari abultado, tenía color prieto y bastante abultado el labio superior. Esas características y sus apellidos de origen español, lo clasificaban como mestizo.
Su primera actuación como soldado fue el 16 de octubre de 1809, en la victoria realista en la Tarabita de Funes, sobre el río Guaítara, considerada por algunos como una de las primeras acciones de guerra, en la independencia de América Latina.
En mayo de 1812 combatió en Buesaco al lado de los realistas pastusos y los mercenarios patianos que recuperaron la ciudad de Pasto de manos de los republicanos, hechos que terminaron con el fusilamiento del patriota caleño Joaquín de Caizedo y Cuero y del mercenario norteamericano Alejandro Macaulay. Por sus sevicios prestados, Agualongo fue ascendido a Cabo. En mayo de 1814, ya era Sargento Primero y participó en las milicias realistas que derrotaron al General Nariño y a sus tropas, en el alto del Calvario, cuando Pasto, estaba a punto de caer en manos patriotas.
En agosto de 1815, llegó a Quito, llevando presos a los sacerdotes José Casimiro de la Barrera y Fernando Zambrano, acusados de predicar en favor de Nariño y la independencia. En 1816, ingresó como Subteniente del Batallón Pasto y marchó en la tropa de Sámano, a la reconquista de Popayán. El Batallón Pasto, aniquiló al enemigo en la batalla de la Cuchilla del Tambo, el 29 de junio, acabando con la última resistencia armada de las Provincias Unidas de la Nueva Granada.
Posteriormente acompañó a Sámano a Santafé, como su guardia de confianza y con el grado de Teniente. Al volver a Popayán, lo hizo en la segunda Compañía de Milicias de Pasto. Luego del 7 de agosto de 1819, los derrotados jefes españoles se dirigieron a Pasto, "el refugio de la monarquía en los grandes reveses". El Teniente volvió a su tierra y reagrupó a los efectivos del ejército realista. Cuando Melchor Aymerich pidió desde Quito al Gobernador y Comandante General en Pasto, Don Basilio García, ayuda para sofocar a los insurrectos guayaquileños del 9 de octubre de 1820, Agualongo tuvo que marchar a la Real Audiencia de Quito, como oficial del Batallón Dragones de Granada.
Después de la victoria en la Batalla de Huachi pasó a ser Capitán. A fines del mismo año fue nombrado Jefe Civil y Militar de la ciudad de Cuenca, por cerca de un año. En 1822, no tomó parte en la Batalla de Pichincha por encontrarse en el campamento de Iñaquito con el Batallón Constitución. Después del combate el Coronel Calzada unió su batallón al Tiradores de Cádiz y a los restos del Cataluña y a marchas forzadas retornó a Pasto, con el grado de Teniente Coronel.
Esta ciudad resistía el asedio de las fuerzas de Bolívar, pero a mediados del mismo año fue tomada por las tropas republicanas al mando del propio Libertador, acontecimiento que dio lugar a dos violentas rebeliones populares. En ambas tuvo una participación muy destacada Agualongo, quien a raíz de ello fue ascendido a Coronel del Ejército Real.
La primera rebelión antirrepublicana se inició en septiembre de 1822, dirigida por el coronel español Benito Boves. Su resultado fue desastroso para los pastusos, pues fue reprimida a sangre y fuego por las tropas del propio general Antonio José de Sucre en diciembre del mismo año; actos que sólo serían reparados el 4 de junio de 1830 cuando Sucre fue asesinado en una emboscada en Berruecos. De todas maneras, la forma inclemente en que fue tratada la ciudad y sus pobladores solo condujo a una paz efímera, pues a mediados de 1823 se inició otro levantamiento, esta vez comandado por Agualongo y Estanislao Merchancano, quienes, derrotaron al general Juan José Flores se tomaron la ciudad y restablecieron el gobierno realista. Y como si fuera poco, juntaron un ejército que inició una inesperada marcha triunfal sobre Ibarra, donde esperaban encontrar un importante respaldo político y militar.

 Últimos días

Finalmente, Agualongo fue capturado por el antiguo militar realista José María Obando el 24 de junio de 1824 y es llevado prisionero a Popayán. Allí se le ofreció respetarle la vida, a condición de que jurara fidelidad a la Constitución de la República de Colombia, su respuesta fue un tajante "¡Nunca!". Entonces fue juzgado y condenado a morir por fusilamiento. Al ser condenado a muerte, pidió y se le concedió la gracia de vestir uniforme de Coronel realista. El 13 de julio de 1824, ante el pelotón de fusilamiento exclamo que:
Si tuviese veinte vidas, estaría dispuesto a inmolarlas por la Religión Católica y por el Rey de España.
Exigió que no le vendaran, porque quería morir de cara al sol, mirando la muerte de frente, sin pestañear, siempre recio, como su suelo y su estirpe. Sus últimos momentos fueron de gran valor, como había sido su vida militar bravía, valerosa y constante, se enfrentó serenamente al pelotón y gritó:
¡Viva el Rey!
Agualongo, murió sin enterarse de la Cédula Real, otorgada por Fernando VII confiriéndole el grado de General de Brigada de los Ejércitos del Rey.

El drama de sus restos

Cripta del General Agualongo, Capilla del Cristo de la Agonía, Iglesia de San Juan Bautista.
Los restos de Agualongo descansaron en la cripta de la Iglesia de San Francisco en Popayán, hasta que fueron identificados por el historiador pastuso Emiliano Díaz del Castillo. El 11 de octubre de 1983, fueron llevados solemnemente a la ciudad que juró proteger y quedaron depositados en la Capilla del Cristo de la Agonía, en el lado izquierdo de la Iglesia de San Juan Bautista.
En 1987, fueron sacrílegamente sustraídos por una célula del grupo subersivo M-19, a cargo de Antonio Navarro Wolf y sólo devueltos en 1990 como un acto simbólico y simultaneo con la entrega en las montañas del departamento del Cauca de las armas al gobierno de ese entonces, y finalmente fueron depositados en el lado izquierdo del mismo Templo, junto con los despojos de Hernando de Cepeda y Ahumada hermano de Teresa de Cepeda y Ahumada la Santa de Avila, que fue regidor y encomendero de la ciudad de Pasto en el siglo XVII.



Antonio Nariño
Dirigente de la independencia de Colombia (Bogotá, 1765 - Leiva, 1823). Este criollo de familia acomodada estudió Filosofía y Derecho y obtuvo varios cargos de la que entonces se llamaba Santa Fe de Bogotá, capital del virreinato español de Nueva Granada. Reunió a su alrededor a un círculo de adictos al pensamiento ilustrado y liberal que procedía de Europa y Norteamérica.

Antonio Nariño

En 1793 tradujo e imprimió la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano que había proclamado la Revolución francesa, y poco después varios panfletos con sus propias ideas revolucionarias; por todo ello fue condenado a presidio en el norte de África, pero consiguió escapar y refugiarse en París (1796).
Allí tomó contacto con la Revolución y probablemente se inició su adhesión al centralismo político y administrativo. Aquel mismo año se trasladó a Gran Bretaña, donde consiguió apoyo para un proyecto de sublevación independentista de las colonias americanas, en el marco de la guerra hispano-británica de 1796-97; fracasó en el intento de sublevar Venezuela y fue encarcelado (1797-1803 y 1809-10).
En 1810 estalló la rebelión independentista, aprovechando que la metrópoli estaba ocupada por el ejército de Napoleón; Nariño no pudo participar, pero se unió a los rebeldes tan pronto como éstos le liberaron. En las confrontaciones políticas, que enseguida degeneraron en guerra civil, Nariño representó la opción centralista frente a los federalistas, mayoritarios en el Congreso de las «Provincias Unidas de Nueva Granada».